domingo, 6 de febrero de 2011

Fauna



Ayer disfruté de una minúscula porción del mundo,muy concentrada, si, pero no por ello menos curiosa y representativa de la generalidad que nos rodea. A veces es necesario ver las cosas en pequeñas cantidades para poder entender su inmensidad y variedad. Expondré la situación:

Sábado por la noche, Madrid, Carne (local supuestamente de moda). Gente: inquietante, música: estupenda, ambiente: modernismo madrileño.

El lugar era curioso por la variedad de gente, lo que me hizo sentir como si estuviera en una auténtica jungla. De hecho, no he parado de darle vueltas a la idea de que el nombre perfecto para un antro así sería el que definiese directamente lo que encontrarás en su interior: fauna.

No me refiero a fauna en un sentido peyorativo y negativo, me refiero a fauna como algo salvaje, pintoresco y propio de cada lugar. El hecho es que pude encontrar gente muy diversa en un espacio mínimo, de hecho, gente tan diversa que a veces me preguntó cómo puede ser posible que pertenezcamos a la misma especie.

Por un lado, había la gente "propia" del lugar, los que le imprimen ese carácter que se supone tiene el antro; gente absolutamente "divina", algunos supuestamente modelos, modernos, "alternativos y originales" con atuendos algo complejos para la vida cotidiana, que literalmente posaban en una zona reservaba para ellos (digamos V.I.P.). Y al contrario que la mayoría de los asistentes, charlaban (la música atronadora no les ponía nada fácil esta actividad) y no bailaban en contra de lo que uno esperaría en un antro de estas características.

Por otro lado, teníamos a algún que otro "pureta" por allí suelto, bien camuflados con ropa de adolescente y por la tenue luz.

También se podía encontrar a una amplia cantidad de gays muy "fashion" como en cualquier local que esté a la última y se precie.

Luego había un amplio grupo de gente difícil de definir, pero de los que puedo destacar la característica común de disfrutar de la música e ir absolutamente colocados como monos.

Y como toda jungla, esta también contaba con depredadores, o quizá sea más correcto denominarles carroñeros. Pequeños grupos de hombres que no pertenecían en absoluto a ese ambiente "vanguardista" (uno esperaría encontrárselos en otras zonas de Madrid como en Huertas) que acechaban a ver qué podían cazar para irse a casa acompañados.

En fin, una mezcla que en algunos casos parecería imposible. Gente tan dispar, compartiendo un mismo espacio a veces ignorándose, otras interaccionando.

Y todos allí metidos,apretados,sudando, formando parte de una fauna magnífica y entretenida, especialmente para observadores empedernidos como yo.

Todo ello me lleva a extrapolar la situación vivida en aquel pequeño recinto a la jungla en la que vivo a diario, en donde la diversidad de gente y las diferencias son mucho mayores y en la que no dejo de sorprenderme y de preguntarme en donde encajo yo,¿seguiré siendo una mera observadora?

... porque ¿eso es lo que soy?.

Antxoa+Pepinillo


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